lunes, 28 de abril de 2008

Quedarse pelón

En mi familia somos frentones –dije al peluquero que supuestamente me haría unas trenzas pegadas y acababa de señalarme que me estoy quedando pelón –lo mismo dicen todos –me contestó él. Cuando era niño pensaba que iba a ser tempranamente calvo, pero siempre papá me decía que en la familia no hay ningún pelón y que la calvicie es hereditaria, hoy en día esto no me da ninguna esperanza. En mi comunidad un compa como de treinta años se rapó a coco y se pone caca de vaca recién salida de los intestinos, dice que a una perra que se le calló el pelo por la sarna le pusieron caca de vaca y le retoñó el pelaje y hasta le salió más bonito, lo estoy pensando como opción. La mamá de este compa le dice que de por si tiene caca adentro y todavía se pone caca afuera… Que si está pirado se le van a zafar más los tornillos, va a andar como unos vagabundos que caminan toda la carretera a veces por la línea pintada en el medio. Aquí en la región los locos no son muchos, pero los locos pirados, por que los que no estamos al cien somos varios. Mi hermana siempre dice que el término loco está mal empleado, pues nadie está cuerdo por entero, sólo es que unos tenemos mayor porcentaje de “sentido común”. Tengo un amigo que cuando lo conocí la gente la gente decía que estaba medio aturdido, a mi me cae muy bien y me gusta charlar con él por que dice cosas muy interesantes; la última vez que lo vi tomaba medicinas que lo dejaban atarantado pero contento, lo último que supe de él es que ya lo ingresaron en un hospital psiquiátrico, que es la forma bonita de decir manicomio. Pobre, el manicomio debe ser peor que la cárcel, en la cual creo que algún día voy a caer; sería una buena experiencia, si tan sólo se pudiera hacer un interinato sin la obligación de delinquir y con opción de salir cuando uno quiera… Dicen que adentro hay de todo menos mujeres (en el caso de una cárcel para hombres, claro está), lo malo es que sólo los ricos tienen acceso a las comodidades y esto en perjuicio de los pobres. Si yo estuviera en la cárcel me pondría a hacer mucho ejercicio, leería más y haría mi propia versión de sangre por sangre más al estilo de los hermanos cerezo que politizaron a los reos de los penales de alta peligrosidad; sangre por sangre… ¡que buena película! Tirar barrio, tatuarse placas, lo que no me gustó es que al final el gallo negro se le volteó a su primo, léase lo institucional sobre lo familiar. La de Santana ¿Americano yo? Está por el estilo, pero aunque es más realista no me gustó tanto. Siempre he tenido gusto por el mundo de los cholos y si ya no me pongo los pantalones anchos es porque camino mucho y son incómodos, pero después de todo lo cholo se trae en el alma y ultimadamente el cabello también. ¿Qué no?

1 comentario:

Tito dijo...

Si te quedas pelón vas a parecer más cholo. Nadamás te amarras un pañuelo , te pones unos lentes negros y te cuelgas un rosario.
También puedes dejarte crecer los "restos" para parecer intelectual-cincuentón-rebelde.

La cárcel no es tan "ley" como en las películas. Y sí se puede entrar sin delinquir, aunque no para quedarse: ¿conoces la Pastoral penitenciaria?